La época de verano puede traer diversos riesgos en la salud de los animales. Uno de los peligros más habituales que pueden padecer los animales de compañía debido a las altas temperaturas es el golpe de calor. Este fenómeno puede alterar aún más la vida del peludo si éste sufre de alguna condición limitante que requiera de cuidados especiales, como sucede con los gatos que padecen de diabetes.
De acuerdo a los expertos, la combinación de elevadas temperaturas, las variaciones en los hábitos alimenticios y los cambios en la rutina de ejercicios de los felinos diabéticos durante el verano puede influir de manera negativa en la forma en que estos animales sobrellevan el calor.
¿Qué es la diabetes?
Los veterinarios explican que el calor es un factor que contribuye en la absorción de las insulinas. De esta manera, si el gato que padece diabetes sufre una deshidratación, puede inducir al aumento de la concentración de glucosa en su organismo.
Los expertos del Centro Veterinario de Animalia de Valladolid señalan que la ausencia de insulina, la cual es generada por el páncreas, o la incapacidad de las células para responder a la insulina, pueden provocar la diabetes.
Se estima que esta enfermedad afecta a 1 de cada 500 felinos. Los gatos que son más propensos a sufrir la enfermedad son aquellos que padecen de sobrepeso, los de edad avanzada y los castrados.
Síntomas de un gato con diabetes
Uno de los síntomas más comunes es que el gato orine mucho. El nivel abundante de glucosa en la sangre ocasiona que el animal pierda gran cantidad de fluidos del cuerpo y, por lo tanto, tenga la necesidad de orinar. De esta manera puede expulsar el exceso de glucosa de su cuerpo.
Esta condición mezclada con las temperaturas elevadas pone en riesgo la salud del gato si no es hidratado regularmente. Por lo tanto, hay que asegurarse de que el gato tenga varios recipientes con agua fresca, sobretodo si vamos a estar fuera de casa por varias horas.
Por otra parte, los veterinarios recomiendan monitorear la pérdida de peso y el nivel de apetito del animal, ya que la falta de glucosa en la sangre traerá como consecuencia el debilitamiento de los músculos de sus extremidades. Asimismo, la deshidratación puede provocar vómitos, diarrea, ansiedad, infecciones en la vejiga o estreñimiento.
Por tal razón, los expertos aseguran que una correcta alimentación y una rutina de ejercicios son esenciales para ayudar a que el felino mantenga bajo control los niveles de glucosa, aunado con el tratamiento correspondiente mediante la insulina recetada por el veterinario. De esta manera, el gato podrá mantenerse estable y fuera de peligro durante el caluroso periodo veraniego.
El propietario debe acudir a una clínica veterinaria si observa algo fuera de lo común en el gato. La diabetes es una enfermedad que, si no es tratada a tiempo, puede conllevar a graves consecuencias en la salud del animal. Incluso puede ser mortal.
