Campaña: los restos del botellón pueden herir a los perros guía

AbandoNoAnimal perros gúia

La Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha lanzado la campaña denominada 'Ellos no llevan calzado', con el objetivo de sensibilizar a los estudiantes sobre los peligros de arrogar vidrio y basura en general en el campus, donde transitan los perros guía que pueden terminar heridos en sus almohadillas.

Con cierta frecuencia, los perros se cortan con los restos que quedan tras el botellón. El problema se agrava cuando los afectados son perros guía para personas con alguna discapacidad ya que, al estar heridos, no pueden seguir asistiendo al humano. Varios usuarios de estos canes de asistencia se ubicaron a la salida de la parada de Metro de Ciudad Universitaria para explicar las consecuencias que ellos podrían sufrir por los residuos dejados en el campus.

Los perros guía deben permanecer sanos siempre

Muchas personas han tenido que cargar a su perro de asistencia herido para llevarlo al veterinario, ya que no han podido seguir caminando después de herirse las almohadillas. Es algo inaceptable.

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Con el objetivo de que los estudiantes comprendan los peligros de dejar los restos de vidrio en el césped, se realizarán escenificaciones con botellas, colillas de cigarrillos, latas y vasos, explicando los daños que causan estos elementos en las patas de los perros. La iniciativa está promovida por la Unidad de Apoyo a la Diversidad e Inclusión de la UCM, con la colaboración de la Asociación de Amigos y Usuarios de Perros Guía de Madrid y la Fundación ONCE del Perro Guía.

En la UCM tienen acceso el 5% de los 250 perros guía –aproximadamente- que habitan en la Comunidad de Madrid, incluyendo aquellos que se encuentran en fase de socialización con las familias. Los perros de asistencia son los ojos de quienes no pueden ver, y si se llegan a lastimar, la persona queda totalmente desprotegida.

Los perros guia cada vez tienen mayor aceptación en nuestro país, permitiéndoles el acceso a diferentes lugares, como son algunos centros comerciales, restaurantes y sitios públicos. En el campus de la UCM existen muchos contenedores de basura para arrojar los desperdicios, así que no hay necesidad de ensuciar las instalaciones y, mucho menos, poner en peligro la salud de los perros guía.